Las 25 mejores películas de la década (2010-2020)

#1- THE FLORIDA PROJECT, de Sean Baker (2017)

Todavía soy un niño tratando de crecer, tal vez por eso esta película, que retrata la infancia como ninguna, me llega tanto. Brooklynn Prince es un escándalo de nena. Carismática y explosiva, a los seis años enciende cada escena a pura improvisación. William Dafoe puede tener una voz siniestra y esa cara de villano que lo ayudó a crear a unos cuantos psicópatas inolvidables; pero también es capaz de interpretar a un tipo con un corazón enorme. Y Sean Baker es un cineasta que retrata a los excluidos con autenticidad apoyándose en gente no formada, como Bria Vinaite, a quien sacó de Instagram. A pesar de su oscuridad, The Florida Project es una película luminosa porque mantiene el punto de vista de una niña. Así muestra la felicidad de la infancia aun en un contexto difícil. Ese final corriendo a Disney, filmado de queruza, nos llena de preguntas.

#2- HER, de Spike Jonze (2013)

Todavía me emociona al recordarla. Her me tocó de cerca en un momento especial, por eso la siento mía. Un futuro original y cercano con una premisa tan tonta como enamorarse de una computadora. Gracias a Spike Jonze, Joaquin Phoenix y Scarlett Johansen resulta una experiencia conmovedora, profunda y sincera. Esta es la respuesta del director a Perdidos en Tokio, dos películas hermanas sobre una misma separación. Y tal vez sean mis películas favoritas en dos décadas consecutivas.

#3- INSIDE LLEWYN DAVIS, de Joel y Ethan Coen (2013)

El humor y las inquietudes existenciales de los hermanos Coen son mi debilidad. Cómo no amar la película que se mete con una época que me fascina (los 60s), en una ciudad que adoro (Nueva York) y con uno de mis artistas preferidos (Bob Dylan). Aunque su aparición sea fugaz, el espíritu de Zimmerman lo atraviesa todo y termina dándole sentido a la película. Cómo me encantan esos finales perfectos sin ser cerrados. Así, exactamente así. Y el destino, la suerte, el éxito, todos temas atrapantes en una obra en apariencia chiquita, pero de una maestría absoluta. 

#4- WHIPLASH, de Damien Chazelle (2014)

Una película tan precisa como el tempo que exige ese bestial antagonista que compone J.K. Simmons. Chazelle es contundente con el tema que trata y el punto que quiere hacer. Tal vez la felicidad sea más importante, pero ese final perfecto me convenció de que a los grandes artistas haya que empujarlos al límite.

#5- LA GRANDE BELLEZA, de Paolo Sorrentino (2013)

Sorrentino es un cineasta canchero, pero con talento para respaldarlo. Con su poesía visual y filosos diálogos pretende homenajear a Fellini logrando escenas que justifican el título. Paolo fue estrella recurrente de mi ciclo de cine, donde proyectamos Las consecuencias del amor, El amigo de la familia y El divo. Vean The Young Pope, entre tanta serie, que aun despareja sigue siendo de lo más original que hay.

#6- LADYBIRD, de Greta Gerwig (2017)

Qué alegría que exista Greta Gerwig, ahora también como autora. Pensar que recién comienza y sale con esta preciosidad. Una madre asifxiante, la rebeldía juvenil y una sensibilidad enorme por sobre todas las cosas. Esta comedia de espíritu adolescente se eleva por encima del género hacia las ligas mayores del cine.

#7- THE MASTER, de Paul Thomas Anderson (2012)

Paul Thomas Anderson, el Maestro, se mete a fondo con la Fe como lo hizo antes con la ambición de poder y practicamente con todo lo que hace. Duelo actoral de las dos bestias de su generación: Joaquin Phoenix y Philip Seymour Hoffman. Para pensar y repensar la necesidad de ser guiados, de que algo de todo esto tenga sentido, y si no lo tiene, inventarlo o hacernos cargo. Es lo que hay. Al menos, existe el amor.

#8- SHOPLIFTERS, de Hirokazu Koreeda (2018)

Obra maestra de un director humanista. Ya lo amaba por Afterlife, Nadie sabe y De tal padre tal hijo, pero con Shoplifters Hirokazu Koreeda supera sus estándares de amor, ternura y sensibilidad cuestionando lo que es una familia. Mucho más que la sangre, es un grupo de personas que se quieren y acompañan. Frente a eso la respuesta de la sociedad es tan lógica como absurda. Un final brutal. Cuánta belleza, qué triste todo, ya vengo, voy al baño que me entró algo en el ojo.

#9- THE ACT OF KILLING, de Joshua Oppenheimer (2012)

¿Hay un cineasta con más coraje que Werner Herzog? Sí, y se llama Joshua Openheimmer. Es increíble lo que logró este documentalista, pero más todavía es que lo haya intentado. ¿Cómo hacer que genocidas admitan sus crímenes con alegría y los representen? ¿Qué pasaría con tu vida si llegan a darse cuenta de cómo los estás exponiendo frente al mundo? Todo tuvo su premio, al ver en cámara cómo tanta maldad de alguna manera se paga. Y no conforme con eso, después Joshua volvió a filmar The look of silence para interpelar al pueblo y al poder de turno. Más agallas que el pescado del póster.

#10- BIRDMAN, de Alejandro González Iñárritu (2014)

Iñárritu tendrá megalomanía y soberbia, pero al menos la pone en juego en esta película que trae un regalo: nos devuelve a Michael Keaton. El personaje le calza justo, la idea es ingeniosa y la puesta es para que se caiga la mandíbula por lo que logra Emmanuel Lubezki con la cámara. Emma Stone y Edward Norton también son parte de la hazaña. El problema del ego es un eterno retorno que me toca, así que disfruté de la catarsis y, más que nada, me divertí mucho.

#11- MANCHESTER BY THE SEA, de Kenneth Lonergan (2016)

Al fin utilizan todo el carisma y dolor de Casey Affleck como se debe. Es tremenda su actuación, tal vez la mejor de esta lista, y lo de Michelle Williams alcanza niveles de Blue Valentine, donde desplegaba todo su talento. Juntos construyen una de las escenas más potentes de la década. Pero también es para destacar el trabajo del director en este drama que observa con paciencia a su personaje, de dónde parte, a dónde llega, y cómo. Con maestría.

#12- ANIMAL KINGDOM, de David Michod (2010)

Debut glorioso de David Michod con una historia que no nos permite despegar los ojos. Este grupo de mafiosos simpáticos nunca se sabe de lo que es capaz. Una potente historia criminal sobre la familia y el instinto de supervivencia. La policía australiana tiene vía libre para cazar narcos y en la leonera de la abuela pitufo todo se revoluciona. En el medio cae el nieto inocente, que desconocía a sus familiares mafiosos hasta que su madre muere de sobredosis y no tiene a dónde ir.

#13- TRES ANUNCIOS POR UN CRIMEN, de Martin McDonagh (2017)

Una historia filosa que merecía más premios pero le tocó un año de grandes películas. Actuaciones increíbles de un cast que quiero mucho, con una corajuda Frances McDormand, el querible Woody Harrelson y un Sam Rockwell que vuelve a su mejor momento. En Brujas ya era una comedia oscura con un ritmo atrapante, acá Martin McDonagh de un salto de calidad ensamblando una tras otra escenas que siempre disparan para un lado distinto del imaginado, con mucho humor y violencia, pero también sorprendiendo con emoción. Jugar con el género para revertirlo a cada paso.

#14- BLACK SWAN, de Darren Aronofsky (2010)

Darren Aronofsky crea algo bello y contundente con un final justo que uno imagina fue el punto de partida. Todo se construyó desde esa imagen para atrás. Con una enorme actuación de Natalie Portman, el siempre rendidor Vincent Cassel y una sensual Mila Kunis, el director usa su manejo de cámara para ponernos en el estado emocional de la protagonista mezclando la danza con el terror. La secuencia musical de la fiesta de éxtasis se destaca dentro de una obra muy sensorial.

#15- LES AMOURS IMAGINAIRES, de Xavier Dolan (2010)

El franco canadiense Xavier Dolán ganó en el Festival de Cannes con 21 años por su talento para los ralentis, los colores, la banda sonora y esos gestos mínimos que lo dicen todo. Discípulo del estilo de Wong Kar Wai, acá se luce con la típica comedia romántica de dos perros por un hueso. En este caso el hueso es la versión andrógina de rizitos de oro, y los perros son un chico gay y su mejor amiga. La simpleza de la historia permite disfrutar del estilo lúdico y estético del director. Y si no puse a Mommy en la lista es porque es un dramón, pero es excelente también.

#16- THE GRAND HOTEL BUDAPEST, de Wes Anderson (2014)

Un pastel de torta hecho película. Esta delicia rellena de dulce diversión, personajes queribles y cameos de la gran familia Anderson esta repleta de aventura. No se pueden ver dos de Wes seguidas porque empalaga, pero qué bien viene consumir una de postre cada tanto.

#17- ROMA, de Alfonso Cuarón (2018)

El mexicano Alfonso Cuarón parecía competir con su paisano Iñárritu a ver quién lograba el plano secuencia más largo. Birdman ganó en duración, pero los de Niños del hombre y Gravedad son mejores. De pronto este gran director se sale por la tangente para narrar su infancia en blanco y negro como Fellini. Roma es una película de tiempos raros que debe ser vista en el cine. Poesía pura con un final demoledor.

#18- FRANCES HA, de Noah Baumbach y Greta Gerwig (2012)

Noah Baumbach escribe como nadie familias disfuncionales y personajes neuróticos, pero acá se juntó con Greta Gerwig y les sale una peli tan hermosa que dan ganas de vivir en ella un rato. El blanco y negro del mejor cine indie newyorkino acompaña el vértigo y confusión de la protagonista en su afán de ser una persona independiente y adulta, aunque más que nada en su necesidad de convertirse exactamente en quién es.

#19- GOOD TIME, de Benny y Josh Safdie (2017)

Los hermanos Safdie saltan del indie a primera manteniendo esa cámara cruda como testigo de la aventura humana, pero pasándose al cine de género con un thriller trepidante lleno de malas ideas que van escalando hasta el gran desenlace. Cada escena sorprende, con el gran Robert Pattinson en la delantera, que si algo sabe es elegir directores. Después redoblarán la apuesta con Uncut Gems y Adam Sandler, pero el salto empezó acá. Una película vibrante que no da respiro.

#20- WE ARE THE BEST!, de Lukas Moodysson (2013)

Tres chicas deciden formar una banda sin tener instrumentos ni saber cómo usarlos, pero con la actitud y energía de sus trece años, una edad punk por definición. La sensibilidad de Lukas Moodyson encaja justo en esta historia honesta, dulce y divertida sobre la amistad femenina. Y siempre es agradable ver suecos, ¿no? ¿O es discriminación en reversa?

#21- SON OF SAUL, de Laszlo Nemes (2015)

Hay ciertas óperas primas que no entiendo. ¿Cómo pueden tener un debut tan glorioso? Sólo el tiempo dirá quién es realmente Laszlo Nemes como director, pero habrá que seguirlo con atención. Ya nadie quiere otro drama del holocausto, imaginate encima verlo con la cámara de los Dardenne, viviéndolo pegado al protagonista que además es el judío encargado de sacar cadáveres de la cámara de gas. Y después de ser testigos de tamaño sufrimiento no nos cede un final redentor, sino que hasta nos quiere hacer pensar. Setenta años después del horror este autor logra sentirlo como nunca, en primera persona.

#22- DRIVE, de Nicolas Winding Refn (2011)

A Nicolas lo critican por ser superficial, pero si se manda pelis como esta que hablen nomás. Drive es puro estilo con musiquita, autos, intriga y algunas escenas que la rompen mal. Ideal para Ryan Gosling, que le encanta actuar en silencio y a cámara lenta. Sensual e intensa como su mirada, tiene a una magnífica Carey Mulligan, el regreso de Albert Brooks y una historia de amor atravesada en este thriller de fuego lento.

#23- BORDER, de Ali Abbasi (2018)

Una película capaz de generarte asco, miedo, excitarte y darte asco por excitarte merece un lugar en la lista. Incómoda y original, esta fábula oscura fascina a cada paso sin dejar moraleja viva para el cafecito. La escribió John Ajvide Lindqvist, el mismo de Let the right one in, otra genialidad.

#24- SCOTT PILGRIM VS THE WORLD, de Edgar Wright (2010)

Una comedia cargada de energía. Edgar Wright es un genio del montaje, las transiciones y melómano como él solo. Sacando a Stephen Chow, otro crack de la comedia visual, acá están las peleas más ingeniosas que hayas visto. Y en el medio un amor adolescente que ya tiene su lugar en la historia del cine.

#25- ONCE UPON A TIME IN HOLLYWOOD, de Quentin Tarantino (2019)

Las estrellas más icónicas del cine contemporáneo pasean al tranquito por el Hollywood de los 70s en el auto cool del director más canchero. Una linda paja de Tarantino, regodéandose en su melomanía y repitiéndose a sí mismo con maestría. No estoy seguro, pero puede que el chiste sea hacer la película más machista en épocas de extremo feminismo y salirse con la suya. Además cuenta con algo que sólo El lobo de Wolf Street tenía: a Leo Di Caprio gracioso.