Dos días después

Despierta temprano, piensa en Higuaín, el gol que perdió Higuaín, tal vez si esperaba un poquito más… Se levanta, va al baño, hace pis, piensa en Palacio, está solo, la para de pecho, por qué se le va larga?… Prende la canilla, se lava los dientes, ¿y si esta vez la empalma con el empeine en vez de con el tobillo? Escupe tres veces…. y le da de cachetada, con calidad… se mira al espejo: faltan cuatro años para el próximo mundial. Prende la ducha, se fija que no esté caliente, mete un pie, Lavezzi manda el centro, se mete bajo la ducha, ¿por qué Higuaín grita como loco? ¿Por qué la cámara tarda tanto en ponchar al línea? Se pone shampoo, él se fijó y vio que Higuaín seguía corriendo y gritando y se dejó entregar por los abrazos hasta caer al suelo y si la cámara ponchaba al línea antes…. más jabón, qué lindo hubiera sido, pero bueno, qué va a ser. La toalla está húmeda, debió haberla dejado secando con la ventana abierta, le gustaría tener un secador de pelo para sentir el calorcito, es agradable, piensa en Higuaín, esta vez sí deja la toalla colgando con la ventana abierta, la empalma de aire y pifia, otra vez, siempre va a ser así; como fue el domingo, y el lunes a la mañana, y el lunes antes de dormir, y ahora el martes a la mañana, y Messi arranca entre dos y puede filtrar el pase… Se fija qué ropa ponerse, puede filtrar el pase, Higuaín entra solo, ya agarró confianza después del gol en offside, la va a meter, mejor ponerse un pulover, el invierno te agarra desprevenido y si es crack, si es el mejor de todos, ¿por qué no levanta unos centímetros el pase así no lo cortan? Ya está, ya pasó, si va el pulover rojo, mejor las zapatillas rojas en vez de las azules; entra al baño, se acomoda el pelo, piensa en Higuaín, en Palacio y en Agüero pero Aguero no, es demasiada mala sangre, se resbala, ¿por qué se resbala Aguero? Se mira al espejo una última vez, piensa en Mascherano, en Mascherano llorando, es hermoso y terrible a la vez. Se seca los ojos humedecidos con la toalla de mano, se lava la cara de vuelta, hay que salir, pero quedan cinco minutos, sobran cinco minutos, se recuesta en la cama, cierra los ojos, trata de no pensar en nada… Piensa en Messi, recibe el pase de Biglia, ya pasaron dos días de aquel día, entra al área de vuelta, Neuer es bueno pero él es el mejor del mundo, esto yá pasó, está solo, va a definir, pero ya pasó; piensa en Messi ¡definí! Ve la pelota venir desde la cámara de atrás del arco, tal vez esta vez sí, tal vez esta vez pega en el palo y entra, piensa.